Instalaciones

Tratamiento Residencial y tratamiento ambulatoria para adicciones, prevención de recaídas y postratamiento.

Actividades

El manejo y modelaje conductual es imprescindible porque se refiere a la observación de una conducta pro-activa socializante y fraterna, que apunta hacia una integración entre los nuevos valores y conductas

Llamános

Centro Terapéutico

C.U.R.E. Centro Especializado en el tratamiento de mujeres, adolescentes y adultos jóvenes contra las adicciones y trastornos alimenticios

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RESIDENCIAL CURE

LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA CURE

(Modalidad Residencial -internamiento-)



- Brindamos un tratamiento bio-psico-social, multidisciplinario e interdisciplinario.
- La capacidad máxima es de 18 residentes por generación.
- Se especializa en tratar hombres y mujeres de 14 a 50 años (en casos puntuales, se pueden evaluar otras edades).
- Nos regimos por el Código de Ética de la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas y el respeto a los derechos de las personas que participan en nuestros programas.


Contamos con altos índices de retención y adherencia al tratamiento. Tenemos más de 13 años de experiencia en el abordaje de personas con problemas de consumo problemático de sustancias, dependencia y comorbilidad psiquiátrica; trastornos de la conducta alimentaria y conductas adictivas con mención suicida.



EL TRATAMIENTO INCLUYE:

Internamiento en dispositivo especializado con diferentes servicios, entre los que cabe resaltar:

- Atención Médica: Clínica, Psiquiátrica y especializada según la necesidad (incluye estudios complementarios)
- Atención psicológica (grupal e individual)
- Programa espiritual (no religioso)
- Psico-diagnóstico
- Control Nutricional
- Actividad física (yoga y zumba) 4 veces por semana
- Talleres

El tiempo mínimo del tratamiento es de 6 meses.


NUESTRA VISIÓN DE LA ADICCIÓN

Es el resultado de un conjunto de factores que la persona no aprendió a lidiar en lo largo de su vida. El consumo, la sustancia, no es el problema. La problematica radica en la disfuncionalidad y el daño que se llega a causar el adicto a si mismo y a los demás. El daño no cesa cuando se deja de consumir, es la nula capacidad de responder ante las adversidades de la vida de una forma responsable.

VISIÓN DEL TRATAMIENTO

Es multidimensional, integral, biopsicosocial; se centra en el momento presente y la cooperación mutua donde el residente responde a sus necesidades y a las de la comunidad con mecanismos diferentes a los que lo llevaron al consumo. La temporalidad y la frustración son factores importantes ya que incitan a la reflexión y cambio constante.

VISIÓN DE LA PERSONA

Se le reconoce como un ser humano digno, con derechos y responsabilidades dentro y fuera de la comunidad, que tiene una problemática particular, se le debe motivar al cambio a partir de sus fortalezas y se convierte en un ser activo con un rol y un funcionamiento dentro de la comunidad de igual importancia, además de apoyarle en todos los aspectos de su vida por medio de herramientas. Se le impulsa a un proceso de redignificación y de reacomodamiento interno.

¿CÓMO TRABAJA LA COMUNIDAD?

Estamos absolutamente convencidos que “LA CALIDAD DEL TRATAMIENTO, DEPENDE DE LA CALIDAD DE LAS PERSONAS QUE LO IMPLEMENTAN”.

Para ser parte del equipo terapéutico, responsable de la salud física, mental y social de los usuarios y sus familias, cada miembro del equipo necesita tener habilidades personales y técnicas para llevar a cabo su labor. Nuestro equipo está compuesto por 17 profesionales y técnicos capacitados en el modelo de Comunidad Terapéutica.

El trabajo terapéutico dentro del modelo se da en todas las actividades programadas para la reflexión, el análisis y la adquisición de compromisos de cambio a realizarse en el aquí y el ahora, donde el cambio es posible al estar sostenidos en un grupo y con la compañía de un equipo, donde la palabra, la relación terapéutica y el vínculo de encuentro humano son la base de la sanación personal y comunitaria. Siendo entonces todos escucha activa y a la vez apoyo para los demás.

LA VIDA COTIDIANA

Para que una persona tenga una mente sana, necesita un vínculo afectivo, sentirse parte de un grupo, tener una identidad, sentirse útil y que la comunidad lo reconozca como un miembro activo y apreciado, al funcionar -como su nombre lo dice- como una comunidad, la persona vuelve a pertenecer a un nodo social donde es reconocido como un él o ella su historia, sus luces y sombras, siendo aceptado tal y como es, en relación otros en la misma condición, que como él (ella), buscan darle un sentido a su vida desde la honestidad, el esfuerzo personal, el compromiso para el cambio y ante todo la solidaridad para acompañar a otro no importa sus avances o retrocesos.

LA TERAPIA GRUPAL

El grupo psicoterapéutico tiene diversos enfoques e influencia de varias disciploinas filosóficas y psicológicas, el CÍRCULO es donde se narra lo confidencial y lo íntimo, donde se encuentra paz, donde hay comprención sin juicio, sobre la base de una relación fraterna, de respeto y reconocimiento mutuo.

Es la voz de la persona, a través de su compromiso, la que va transformándose hasta vivenciar algo transformador, permanente en unión a compañeros de vida que, en cada nuevo día se ven transformados por medio de contacto humano. Se va cambiando, se va comprendiendo el problema de su entorno, de sus dependencias, es decir, que va comprendiéndose y, entonces, puede sanar. Este cambio se logra mediante un proceso individual, familiar y social generado de manera intencional a través de la presión positiva que brinda el grupo de compañeros en tratamiento, terapeutas, coordinadores, consejeros, al igual que padres, madres, hermanos parejas y amigos.

LA TERAPIA INDIVIDUAL

El residente tiene la capacidad de escoger quien le acompañará durante el prceso de cambio, al finalizar la etapa de valoración, podrá iniciar las sesiones individuales, en ellas podrá analizar su historia de vida y diseñar un proyecto de vida donde se vean reflejados sus principios, valores, intereses y fortalezas. El terapeuta o consejero individual le acompañará a desarrollar un espíritu autocrítico que usará para cuestionar sus experiencias, meditarlas, descubrir los nudos de sus conflictos que han marcado sus vidas y poder elegir con los aprendizajes obtenidos, cuál es el mejor camino para afrontar sus problemas y dejar atrás las soluciones que perpetuaban el dolor, el aislamiento y la falta de sentido.





EL PROGRAMA:



El programa inicia con una valoración médica y psiquiátrica para estabilizar los cuadros de abstinencia por el consumo de sustancias psicoactivas (SPA´s), también se realizan diversas valoraciones para conocer profundamente a la persona y poder brindar un pronóstico realista y un plan de tratamiento adecuado para el tratamiento a iniciar. El programa comprende diversas etapas por las cuales cada residente transitará durante el proceso de tratamiento, esto promueve el autoanálisis, la adquisición de diversas herramientas y habilidades, la mejora de autoconcepto; conforme avance en las etapas aumentará en responsabilidades. Estas etapas ayudan a que el proceso sea continuamente evaluado por el equipo terapéutico que se reúne cada semana para revisar cada proceso y dialogar sobre los aspectos y tareas a seguir. Previo al alta del residente se promueve una etapa de “desprendimiento gradual” para que la persona practique la nueva forma de vida en casa, con los seres queridos y podamos evaluar, en conjunto, si es momento de un egreso seguro. En la Comunidad Terapéutica CURE buscamos sanar a las personas desde el fundamento de sus potencialidades: desde su capacidad de construcción de una nueva identidad, desde su ser; de los hábitos saludables cotidianos como el autocontrol, la autorregulación y la autoestima que con el tiempo irán transformando este ser humano en su ideal.

¿QUÉ HACER EN CUANTO CONCLUYA EL TRATAMIENTO?

Al concluir el programa residencial se propone el seguimiento por un periódo mínimo de 12 meses. Con alternativas presenciales, virtuales y en casa de día. La Comunidad Terapéutica CURE funciona como una modalidad de tratamiento residencial, para la prevención, rehabilitación y reinserción social de determinados perfiles de consumidores. Es ante todo, un proyecto pedagógico y educativo; allí el punto de partida, no es la droga, sino la persona como protagonista de su rehabilitación. Volvemos a crear la capacidad de vivir en sociedad, siendo corresponsables del cambio: se desarrollan nuevas habilidades de empatía, de escucha y de comprensión a los demás. Se estimula el criterio para impulsar la sana convivencia y el respeto por el otro.

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